Me inspirás de maneras anormales, y ya no sé que hacer con todos los pensamientos que juegan carreras en mi cabeza. Te convertiste en una crónica sin siquiera notarlo. No quiero que lo sepas, no está en mis planes demostrarlo. Las cosas así están bien, yo estoy bien, y mi cabeza esta tan dada vuelta como mi habitación, pero no es por vos. Es por mi y las vidas que voy descubriendo. Quiero volarte la cabeza con una escopeta que dispare palabras. Quiero mezclarte las ideas y sacudirte el sistema. Dejá de jugar con todo esto ¿dejá de jugar? Mentira, seguí, quiero ganar y yo soy pésima. Soy yo y son mis ganas de salir volando, tocar las estrellas y volver. ¡Cómo me abriste la cabeza en el último tiempo! Con solo dos palabras me ponés a temblar, me cambiás la estructura. No sé porque estoy acá sentada escribiendo esto, al fin y al cabo son cosas que solo entiendo yo, pero en mi cabeza tienen mucho más sentido. Mis ojos disfrutan verte sonreír y mis oídos disfrutan escucharte hablar. Hacés que las cosas sean más lindas, entrás en una habitación y toda la atención se centra en vos. Sos tan especial que a veces me das miedo, pero la sonrisa dibujada en mi boca está siempre. Hacés que se despierten cosas en mi piel que pensé que había enterrado bien profundo, me das escalofríos y el corazón tiempla con tu respiración. Por favor, ¡cómo me gustás! Pero tengo hábitos que me cuesta romper y no sirvo para estas cosas. Enseñame.