Entre mi estres, tu hw y cincuenta sombras de estupidez no hago más que amargarme la vida. No le doy importancia a las pastillas pero parece ser que tiene su efecto. Sin embargo esta bien, estoy bien y los conejos son molestos a veces. Y los colores oscuros y las emociones apagadas e inútiles. Pero no importa, ya está, ya va a pasar, porque falta nada para de repente el mundo sea increíblemente mágico de nuevo, y los colores brillantes y las mierdas espaciales no me van a quemar más la cabeza y vos me decís que esto te encanta, pero no siempre puedo escribir y eso duele más que cualquier otro resfrío. Porque esto es lo mio y quiero hacerlo siempre, 24/7. No se puede todo. Y me lo vienen a decir a mi, que mi vida no esta acá, esta a kilómetros de distancia y no me queda otra que fumarla en pipa, pero no tabaco, eso ya casi no. Y quiero experimentar drogas recreativas solo para que el tiempo pase más rápido, porque juro que los tics y los tacs del reloj pasan cada vez más lentos y las uñas no se me secarían nunca, por eso no las pinto. Quiero tener una de cada color y pintarte la espalda mientras me hacés el amor. No puedo esperar a sentirte adentro mio y sentirme completa otra vez. Porque es así. Todo es así. La vida es así. Es lo que te toca y lo que nos toca y tocan timbre y estoy cansada de ver a todo el mundo menos a vos y hoy necesitaba que me rescates de las religiones y las familias y los asados y la puta que los parió. Te necesito como al puto aire que tan asquerosamente contaminado esta, pero vos no sos ese aire, vos sos aire puro y limpio y amargamente dulce. Sos tan infeccioso. Tu pensamiento es como el rayo de sol que me despierta a la mañana, completamente molesto e inevitable pero a la vez lo más lindo del día y que feliz te hace el sol! Vos me haces feliz, tan tan que un mes antes tenía las valijas hechas y por dios no quiero más nervios y quiero poder dormir a la noche. No veo la hora de llegar, abrazarte las pestañas y dormir como un bebe mientras tus manos me susurran las palabras más lindas. No veo la hora de escupirte todas las mariposas que se acumularon en el último tiempo y odiarte con todo lo que soy por el simple hecho de ser la razón de mi existencia, porque si, no me vengas con pelotudeces, nací para hacer que le sonrias a lo que se puede llamar vida. Y vos, baby boy, naciste para hacerme feliz. Y dejame decirte que cumplís tu propósito bastante al pie de la letra si dejamos afuera tus teléfonos ahogados y tus conchudas hw que me marean la dopamina y hacen que me estrese el doble. Sos tan pero tan pero tan lindo, que te voy a meter un palo en el orto, así sos un chupetín y te puedo comer.