Al final no. No venís a donde estoy yo.
Entonces yo me voy más lejos aún.
De 30 a 48.
¿Qué voy a hacer con todo esto?
Un poco más, y saltamos a 10500.
Será mas simple para vos.
O no.
En realidad no sé si te será mas simple.
Pero hay algo que si sé; y es que me vas a encontrar.
Acá, allá… en dondequiera que estés.
Y eso lo sé, porque me encontraste siempre… desde siempre en todos lados.
Solo que en todos esos momentos, no sabías que me buscabas.
Pero ahora si.
Ahora, a la pregunta la hiciste en voz alta.
La gritaste.
A todo pulmón.
Y en el eco, y la reverberación de esta sincronicidad divina… Yo te escuché.
Te escucho desde mucho antes de que pudieras encontrar las palabras.
Te escuché y estoy acá.
Contá hasta siete… una vez por mes; te prometo que antes de llegar a ocho, mi risa va a flotar por la cocina.
Y de 30, 48 ó 10500, volveremos a 0.
Pero ahí estamos de antemano.
Siempre estuvimos ahí.
¿No te acordás?
Yo tampoco.
Pero nuestros cuerpos si.